jueves, 16 de septiembre de 2010

CINEMATICA EN EL BALONCESTO

   El tiro es uno de los gestos más importantes del baloncesto. Constituye un elemento técnico de indispensable dominio para cualquier deportista que practique este deporte, ya que como es sabido, es el único modo de anotar puntos. El lanzamiento no es más que la propulsión de un móvil hacia un objetivo previamente definido. Cualquier desplazamiento de un móvil es propiciado por una fuerza capaz de variar su estado de reposo o de movimiento, según enuncia la primera ley de Newton. Así, la fuerza resultante por la cual el balón abandona la mano del jugador para proyectarse hacia el aro es consecuencia de la cadena cinemática.


Ángulo de lanzamiento (a en adelante): ángulo que forma el vector Vlanz con el plano del suelo en el momento en el que el balón pierde contacto con el lanzador.
Velocidad de lanzamiento (V en adelante): velocidad del balón medida en m*s-1 en el momento en el que pierde el contacto con el lanzador.
Altura de lanzamiento (h en adelante): altura medida en m a la que el balón pierde el contacto con el lanzador. 


   El ángulo con el que el balón abandona la mano del lanzador no puede tomar cualquier valor desde una distancia dada; es decir, existe un rango fuera del cual es imposible encestar aún modificando el resto de los parámetros. Este rango viene delimitado por un ángulo máximo, siempre constante e igual a 90º y un ángulo mínimo o f, delimitado por la línea que une el balón con el punto del aro más cercano al jugador y una línea paralela al suelo que pase por el balón, como puede verse en la.







  Velocidad de lanzamiento
    Este parámetro se define como el módulo del vector responsable de propulsar el balón desde la mano del lanzador hasta el aro, y es función directa de la distancia de lanzamiento y el ángulo de salida, aunque con patrones de evolución diferentes. Se ha definido el ángulo de 45º como óptimo para la proyección de móviles desde un punto de vista físico (Hay, 1993), y manteniendo este valor en un rango de distancias que permitan localizarlo dentro del rango de lanzamiento (ver ángulo de lanzamiento), se observa cómo el valor de V se incrementa de forma lineal (Hamilton y Reinschmidt, 1997). Así lo corroboran Miller y Barlett (1996), en cuyo trabajo los aleros mantuvieron su rango de lanzamiento desde todas las distancias entre los 50±7º y los 52±6º. Una variación tan pequeña se tradujo en una evolución de la velocidad lineal, con un DV de 1,01m*s-1 entre las distancias cortas y medias y de 1,08m*s-1 entre distancias medias y largas. En cambio, si mantenemos fija una distancia de lanzamiento y se establece un a óptimo para esa distancia, todos los valores que tome a por encima del ideal, aumentarán de forma exponencial el módulo de V, tendiendo a infinito a medida que nos acerquemos al ángulo máximo (90º). Esto se supone obviando la resistencia del aire y el efecto que pudiera tener la velocidad angular del balón en su trayectoria.
    Los estudios consultados, recogen en todos los casos que V se incrementa de forma directamente proporcional a la distancia de lanzamiento, como puede observarse en la Figura 5, independientemente de las circunstancias en las que se lleve a cabo la medición y de las del lanzador.